Las máquinas del tiempo

En la clásica novela de H.G. Wells en torno a tan fascinante tema, su protagonista asegura: Sobre esta máquina […] me propongo explorar el tiempo. ¿Está claro? Nunca en mi vida he dicho algo más en serio. Más tarde se adaptaría para el cine con el título de El tiempo en sus manos. En este caso el medio está formado por una butaca, un cuadro de mandos, un gran disco y diversos mecanismos más. Son muchas las películas en que aparecen máquinas para viajar por esa cuarta dimensión. Tan diferentes como la imaginación puede concebir. Vamos a repasar algunas más. En la famosa El planeta de los simios se trata de una nave espacial. Al final de la historia se desvela el gran secreto, el astronauta no ha llegado a otro planeta, sino que ha vuelto a la Tierra en un futuro en que la humanidad ha sido esclavizada por los simios. En El experimento Filadelfia el medio elegido es nada más y menos que un barco, concretamente un destructor de escolta, el USS Eldridge (DE-173). El propósito de este experimento es conseguir la invisibilidad, sin embargo no sale como esperaban y si bien el barco desaparece es porque ha vuelto a aparecer en un punto del futuro. Por su parte, en Regreso al futuro la máquina se trata de un automóvil DeLorean DMC-12 modificado, el cual debe alcanzar una velocidad media de 88 millas por hora para poder viajar a través del tiempo. Su primer viaje es hacia el pasado, cosa que provoca no pocos disgustos al protagonista y alguna que otra paradoja. Y terminamos con la más moderna Primer. Aquí el descubrimiento es también accidental -como sucede en El experimento Filadelfia-. Nos encontramos con un dispositivo o “caja” que reduce el peso de cualquier objeto, funciona perfectamente, pero tiene un efecto secundario inesperado que no es otro que trasladarse en el tiempo.

Las máquinas del tiempo

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